Piel atópica e hidratación

La piel atópica es aquella en la que, por predisposición genética, están disminuidas las proteínas y grasas que la conforman alterando su función de barrera, lo cual ocasiona que el agua se escape con mayor facilidad produciendo una piel muy seca y más sensible a las agresiones y agentes externos.
Por otro lado, presenta un desbalance en la respuesta inmunológica, en donde distintas células liberan sustancias inflamatorias que generan comezón y molestias. En cambio, están reducidos unos agentes de defensa contra los microorganismos, lo cual incrementa el riesgo de presentar infecciones cutáneas.
Estas alteraciones implican que la piel presente inflamación, que se hace evidente en los periodos de brote, en los cuales se observan áreas con enrojecimiento, engrosamiento, granitos rojos (pápulas) y comezón intensa que genera rascado y éste a su vez heridas que son la vía de entrada de microorganismos.
Las áreas inflamadas cambian dependiendo de la edad, en los bebés de 3 meses a los 2 años de vida se afecta la cara respectando la región central y en los pliegues de extensión; en los escolares (2 a 12 años de edad) y en adultos se afectan especialmente los pliegues de flexión como son la nuca, adelante de los codos y atrás de las rodillas. En casos severos se puede afectar todo el cuerpo. El diagnóstico se realiza mediante criterios clínicos.
La base del tratamiento consiste en mejorar la hidratación de la piel, siguiendo estos consejos para cuidarla:
- El baño diario debe ser con agua tibia porque si está muy caliente favorece la pérdida de la grasa natural de la piel y con una duración menor de 10 minutos.
- Utiliza sustitutos de jabón también conocidos como dermolimpiadores o productos sin jabón, que tienen un pH ácido como el cutáneo, ya que los jabones alcalinos tienden a secar la piel.
- Aplica crema emoliente, de preferencia dermatológica, en capa fina inmediatamente después del baño y las veces que sea necesario a lo largo del día y antes de dormir:
- Las cremas dermatológicas combinan diversos ingredientes que favorecen un adecuado estado de hidratación y mantienen la función de barrera de la piel; por lo que son ideales para evitar y tratar la sequedad cutánea.
- Además, la crema debe ser sin fragancias, colorantes ni conservadores de riesgo, ya que estas sustancias pueden generar alergia.
Recuerda siempre consultar con un dermatólogo que te orientará al tratamiento adecuado.


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